martes, 23 de marzo de 2010

¿Por qué América del Norte tiene más dinero que Suramérica?

Uno de los grandes debates mundiales modernos es la causa del crecimiento económico de todos los países. Muchas incógnitas que tienen que ver con la creciente riqueza o la creciente pobreza de todos los países. ¿Por qué América del Norte tiene más dinero que Suramérica? ¿Por qué Europa es rica y África pobre? Muchos economistas y políticos creen que con buenas reformas económicas y políticas se puede hacer crecer la economía de un país. Sería grandioso si fuera verdad, pero no es verdad.

Según muchos economistas y científicos, más que reformas, es la sociedad, el comportamiento, la ética, la cultura, en otras palabras, la naturaleza de los ciudadanos de un país las que dictan la riqueza o pobreza.

Gregory Palms, en su libro "Historia de la economía mundial", afirma estar de acuerdo con la teoría de que la cultura de los ciudadanos hace crecer o derrumbar a los países. Dice que la pobreza mundial siempre será semipermanente.

Pese al crecimiento mundial y a la explosión de la demanda de recursos primarios, algunas sociedades no la aprovechan porque sus valores son conformistas y en algunas hasta autodestructivas. Para crecer no solo se necesitan reformas económicas sino un cambio en la sociedad. Muchas sociedades impulsan el crecimiento, porque este es parte de la naturaleza de las personas, de la cultura. Otras sociedades enseñan el estancamiento, la conformidad, la envidia, la corrupción. Esto hace que la diferencia de los países ricos y pobres siempre crezca más.

Otro tema es el de la migración. ¿Qué causa las migraciones de personas de un país a otro?, que algunos ciudadanos creen que pueden rendir más en sociedades positivas que en estancadas o negativas. Entonces los ciudadanos migrantes ayudan más a los países más ricos.

Un ejemplo: Japón y China e Inglaterra y Estados Unidos. En unas la paciencia, el trabajo duro, la ingenuidad; en las segundas la innovación, la educación, la productividad, y todo esto favorecía a la economía.

En resumen, mientras a otras culturas les faltaba más de uno de estos instrumentos para progresar a otras les sobraba. En las culturas más avanzadas, el progreso, la educación, la innovación, etc., son parte de su cultura.

El capitalismo puede producir mucha riqueza, pero para que funcione no solo se necesita de reformas y buen manejo económico. Se necesita mejor infraestructura, comunicación, logística, pero sobre todo tiene que haber una sociedad culta, trabajadora, que quiera progresar, que siga las leyes, que quiera y sepa cómo adoptar nuevas reformas.

Las naciones se han levantado o se han caído casi siempre por sí mismas. Sociedades dominadas con valores e ideologías sociales, económicas y políticas positivas, han formado cualidades e idiosincrasias que se necesitan para progresar como sociedad.

El progreso económico requiere también tolerancia de la sociedad al cambio, tolerancia a la adaptación, a la diferencia, tomar algunos riesgos, y algo de fe en la sociedad. Una buena noticia es que, con campañas de aprendizaje para la sociedad, lentamente se pueden cambiar el comportamiento y los valores de los ciudadanos. Es un proceso lento, pero es mucho mejor que hacer nada.

Las reformas económicas y políticas ayudan a cualquier país, pero la sociedad al final es la que decide adoptar esas ideas, es la que hace que el país prospere. La cultura de una sociedad hace al país.

Sebastián Piazza

Banca para pobres

Una joven bengalí labora en una granja piscícola en Cox’s Bazar, a unos 296 kilómetros al sur de la capital de Bangladesh, país origen del Grameen Bank, impulsor de los microcréditos

Periódico La Jornada
Martes 23 de marzo de 2010, p. 28

A quienes viven en el mundo rico les cuesta trabajo imaginar lo que es vivir con dos dólares diarios. Pero para quienes viven así el problema no es sólo lo bajo del ingreso, sino su contingencia. A menudo vivir con dos dólares diarios significa en realidad vivir durante 10 días con 20 dólares ganados en uno solo. La tarea de distribuir el gasto se vuelve más complicada si no hay donde guardar el dinero con seguridad. En una emergencia, los ricos pueden escoger entre tomar algo de sus ahorros o pedir prestado. Las grandes masas que en el mundo en desarrollo carecen de servicios bancarios a menudo sólo tienen la opción de pedir prestado, a menudo a un costo muy alto.

Que tengan esa opción se debe en parte al rápido crecimiento del microfinanciamiento, especializado en prestar pequeñas sumas a los pobres. Varias grandes instituciones microfinancieras también ofrecen cuentas de ahorros: el Grameen Bank, en Bangladesh, es un ejemplo prominente. Pero la industria sigue dominada por el crédito: de 166 instituciones de este tipo sometidas a una encuesta en 2009, todas ofrecían crédito, pero sólo 27% contaban con sistemas de ahorro.

Sin embargo, cada vez más microfinancieras se interesan en el potencial de los ahorros, en parte gracias a la crisis financiera global. Los problemas de liquidez que a muchas les ocasionó la crisis, junto con el creciente costo del financiamiento, las han llevado a aceptar la idea de financiarse al menos en parte con ahorros locales.

La Fundación Bill y Melinda Gates ha entrado en apoyo de este esquema. En enero anunció donaciones por 38 mdd a 18 microfinancieras del sur de Asia, América Latina y África para estimularlas a aumentar sus ofertas de ahorros. Es un fuerte respaldo a una industria que aún se basa mucho en donaciones. Bob Christen, director de servicios financieros para los pobres en esa fundación, señala que estas aportaciones son un paso importante para ensanchar el modelo de negocios de las microfinancieras con la inclusión del ahorro.

Para que el mecanismo funcione se necesitará más que buenas intenciones y un reconocimiento de que los pobres quieren lugares donde depositar el dinero que logran escamotear al gasto. Parte del problema es de simple economía: es difícil sacar provecho de clientes que hacen montones de depósitos minúsculos si no se recortan enormemente los costos de transacción.

Transferencias electrónicas

El uso extendido de teléfonos móviles por los pobres en los países en desarrollo podría dar una respuesta. En Kenia, por ejemplo, las personas usan ya un exitoso servicio de mensajes de texto, llamado M-PESA, para realizar transferencias electrónicas de dinero a otros usuarios. Y un nuevo esquema de microseguros utiliza el M-PESA para ofrecer a campesinos kenianos protección contra el mal tiempo.

Existen desafíos para quienes buscan entrar al negocio de banca móvil. Ignacio Mas, de la Fundación Gates, señala que para hacer seguras estas transacciones se necesitarán acuerdos con los operadores de telefonía móvil, los cuales controlan el acceso a la tarjeta SIM del teléfono. Eso es sencillo en Bangladesh, donde las microfinancieras también ofrecen telefonía móvil, pero en otros países puede que las telefónicas prefieran entrar al negocio del ahorro por cuenta propia.

También los bancos y otras instituciones financieras grandes podrían tener mayor facilidad para ofrecer servicio a los pobres en asociación con empresas telefónicas. Para ello, en muchos países se necesitará cambiar normas respecto de quién está facultado para recibir depósitos.

Una mejor tecnología y normas más flexibles son necesarias. El paso final es diseñar productos que funcionen para los pobres. Varias microfinancieras que recibieron dinero de Gates experimentan con cuentas de ahorro en las que hay el compromiso de hacer depósitos regulares. Marcia Brown, ejecutiva de una de las firmas receptoras del apoyo, señala que es probable que se ofrezcan cuentas para un propósito particular, como la educación de los hijos.

Sendhil Mullainathan, economista de Harvard, advierte que siempre habrá un gran abismo entre lo que las personas dicen que quieren ahorrar y lo que en realidad ahorran. El ahorro, explica, se basa con frecuencia en lo que no ocurre, es decir, en la acumulación de decisiones de no consumir. En contraste, el consumo es una decisión activa de comprar algo. Un producto que este especialista ha puesto a prueba en India se refiere a colaborar con agentes bancarios para vender tarjetas de ahorro en tiendas, de modo que el ahorro se vuelva una compra activa y pueda competir con otras compras por impulso. Con suerte estas innovaciones podrán ayudar a los pobres a usar sus propios ahorros para hacer su vida un poco más predecible.

Economist Intelligence Unit
Banca para pobres

Fuente: EIU

Traducción de texto: Jorge Anaya

Países pobres y países ricos

La diferencia entre países pobres y ricos no es la edad del país. Esto puede ser demostrado por países como India y Egipto, que tienen más de 2000 años, y son pobres.

Por otro lado Canadá, Australia y Nueva Zelandia que hace 150 años eran inexpresivos, hoy son países desarrollados y ricos.

La diferencia entre países pobres y ricos también no reside en los recursos naturales disponibles. Japón posee un territorio limitado (80% montañoso), inadecuado para la agricultura y la cría de ganado, pero es la segunda economía mundial. Japón, es como una inmensa fábrica flotante importando materia prima de todo el mundo y exportando productos manufacturados.

Otro ejemplo es Suiza que no cosecha cacao, pero tiene el mejor chocolate del mundo; en su pequeño territorio cría animales y cultiva el suelo durante apenas 4 meses al año, no obstante fabrica lácteos de la mejor calidad. Es un país pequeño que da una imagen de seguridad, orden y trabajo, lo que lo transformó en la caja fuerte del mundo.

Ejecutivos de países ricos que se relacionan con sus pares de países pobres, muestran que no hay diferencia intelectual significativa.

La raza y el color de la piel tampoco son importantes: inmigrantes rotulados de peligrosos en sus países de origen son la fuerza productiva de países europeos ricos.


martes, 16 de marzo de 2010

El 23,8% de los venezolanos es pobre

El Presidente Hugo Chávez causó sorpresa en estos dìas, cuando dijo:

La pobreza en Venezuela bajó, en el último semestre de 2009, a 23,8%, y la pobreza extrema que estaba en 40%, llegó a 5,9%.

«En 1996 la pobreza llegó a 70% y la pobreza extrema a 40%»

Dijo que seguirá trabajando hasta llegar a pobreza 0%, "algún día no muy lejano llegaremos, aunque nos ha costado trabajo, pero seguiremos hasta lograrlo".