miércoles, 19 de octubre de 2011

Pobre país rico

Por Enrique Mudaraín Egui

EL UNIVERSAL Países pobres, países ricos, desigualdades, igualdades, así es el mundo y así es la vida "ces´t la vie". Grandes paradojas que muy comúnmente se nos presentan, pero así es como se mueve el mundo y muy lamentablemente, no todo lo podemos cambiar. Definitivamente sí podemos hacer muchas actividades y aportes -tanto nosotros como los estados- para colaborar y ayudar a pueblos en desgracia.

Pero sí hay avances, como uno de los grandes logros de la era moderna: la globalización. Por supuesto "exceptuando" a los países que disfrutan el hecho de ir contra la corriente y mantenerse desafiando lo que es indetenible: el desarrollo, el progreso y el mundo moderno; países que están empeñados en retroceder en el tiempo, en rechazar los negocios y empresas transnacionales, países que bajo la gran terquedad de sus lamentables gobernantes, quieren acabar con las empresas extranjeras, con los negocios multilaterales, con el capitalismo en todas sus expresiones, pese a que están absolutamente claros de que es la única y verdadera manera de progresar económicamente.

De hecho, por alguna razón no terminan de cortar relaciones de negocios con otros países -que no son precisamente sus aliados- pero son los que reportan grandes ingresos de dinero a las naciones. Los demás, meras sanguijuelas, parásitos o dándoles un título más refinado, países bananeros. Pero es que hasta Cuba anda coqueteando con la apertura internacional, por supuesto con muchos intríngulis y personajes que no lo han permitido ni lo van a permitir del todo.

Y es que, muy lamentablemente observamos la irónica realidad en que vivimos, contando con un país inmensamente rico, que no solo cuenta con la renta petrolera sin igual, además contamos con grandes riquezas naturales, hermosos destinos turísticos y una gente excepcional.

Pese a toda esta riqueza, el pueblo en sí, es cada vez más pobre, con una moneda que no vale, sin empleo... Y somos un país pobre, porque nos robaron la cultura, nos expropiaron los derechos, enajenaron nuestra libertad, hipotecaron nuestros recursos y nos regalaron delincuencia a manos llenas. Somos políticamente pobres, pero con políticos muy ricos, contamos con importantes personeros que gozan de una pobreza mental sin precedentes.

Afortunadamente, confío en nuestro pueblo, grandes trabajadores y luchadores, quienes unidos vamos a cambiar esta realidad para convertirnos en el país que realmente merecemos.

enriquemundara@gmail.com
@emundara