La pobreza es una condición humillante para el ser humano. No obstante, cuando hablamos de pobreza debemos distinguir de qué clase de pobreza estamos hablando. Porque hay pobres en todo el mundo, pero no todos ellos son iguales y todos por más que estén en la misma categoría de pobres tienen necesidades diferentes.
Está la Pobreza absoluta la pobreza relativa. La pobreza absoluta se refiere a una familia que o tiene las necesidades básicas cubiertas. El dinero que perciben, si es que perciben alguno, no les alcaza para la comida, la vestimenta, la educación. La pobreza relativa se refiere al hecho de que ada pobre es diferente dependiendo el lugar en el que se encuentre. No es lo mismo, un pobre de Suiza que uno de África, o uno de Latinoamérica que uno de NorteAmerica.
Luego encontramos la pobreza educativa. A esta se refiere la falta de oportunidades y de posibilidades que un individuo tiene para acceder a la educación básica y superior y a la imposibilidad por esto de acceder a una buena oferta laboral.
Hay otras categorías: Pobreza de servicios y pobreza de salud.
En el primer caso, nos referimos a aquellos personas que carecen de servicios básicos, ya sea por vivir en una zona periférica (donde se encuentran asentados la mayoría de los pobres en cualquier lugar del mundo) donde no lleguen los servicios como luz, agua potable, servicios de cloacas entre otros o por no contar con el dinero suficiente para pagar estos.
Pobres por salud son aquellos que no cuentan con recursos para pagar servicios de salud eficientes, por lo que siempre tienen que terminar en hospitales públicos o centros de salud barriales con una atención insuficiente. Aún si la atención fuera excelente, los pobres en salud no tienen dinero ni medios lícitos de conseguir los medicamentos prescriptos.
¿Pobres para siempre?
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